Dios no acepta los grandes holocaustos, a costa de la explotación de los recursos y las personas
A Dios se le reconoce más fácilmente en las cosas pequeñas y Él nos reconoce cuando nos hacemos pequeños, cuando reconocemos nuestra culpa y asumimos nuestro pecado. Muchas veces no somos conscientes de nuestros pecados, nos cuesta descubrir que existen actitudes que, aunque se consideren como algo normal, también nos alejan de Dios y de los hermanos.
