Dios no recuerda las ofensas, Él nos invita a entrar en los nuevos caminos
La conversión es una posibilidad para todos. Nadie está excluido de antemano de volver a observar los preceptos del Señor y practicar el derecho y la justicia. Pero eso es algo que no se limita a palabras o buenas intenciones, son necesarios pasos concretos que nos lleven a cambiar de vida. Dios no es alguien que recuerda las ofensas y sí aquel que nos invita a entrar en los nuevos caminos, que se concretan en una justicia práctica.
