La promesa de Dios no es en vano, Él es el primero a hacer germinar lo plantado
La fuerza transformadora de la propuesta de Dios es un elemento que fecunda la vida de la humanidad. Somos desafiados a escuchar su Palabra, que se hace presente de muchos modos, en muchas culturas, en innumerables situaciones, realidades y personas. Escuchar y dejar penetrar en nuestra vida ese mensaje es una actitud que nos enriquece, que nos hace crecer, también como Pueblo de Dios que peregrina en la Amazonía, en todo el mundo.
