El Santo Padre en su mensaje de cuaresma nos decía “La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte”. ¡No puede haber para el hombre alegría más profunda que la que hoy se proclama: La alegría de la Salvación!
Como hijas de la Luz, orientemos hacia Dios las realidades terrenas con gozo y esperanza. Nadie puede considerarse “resucitado con Cristo”, si vive para sí mismo (Cfr. Rom 14,7). La caridad de Cristo nos apremia a los bautizados a dar testimonio del Resucitado.
La fe en Cristo Resucitado nos conduce a nosotros a sentirnos criaturas nuevas. La fe transforma la dura realidad, de sufrimiento y desesperanza en un nuevo modo de vivir, ver y entender todo con ojos limpios, corazón transparente y alegría en la contradicción. Como hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción demos testimonio de una vida honesta, alegre, caritativa y de esperanza.
Unidas en un solo corazón y una sola alma nos estamos preparando a celebrar el Jubileo de nuestra Congregación, un viaje iniciado hace más de 150 años por madre Hedwige Portalet, nuestra fundadora y las hermanas que la acompañaron en este camino de sombras y de luz. Esta celebración jubilar nos invita a agradecer, a adorar y a abrazar con esperanza la misión confiada.
Tiempo de Pascua para nuestra Congregación, para hacer revivir nuestra vida consagrada desde el carisma que hemos heredado de nuestros fundadores, para renovarnos, convertirnos y ofrecer vida, compasión, ternura y misericordia a los hermanos y hermanas que encontramos en nuestro diario caminar.
Muy queridas hermanas, celebremos llenas de alegría al Señor Resucitado, avivemos nuestra fe, acrecentemos nuestra esperanza y dejemos que Él renueve la fuerza de nuestro amor.
Oremos en esta Pascua con más fervor que nunca y digámosle: Creo Señor,
Que resucitado estás junto a nosotras,
que nos sigues llenando con tu presencia,
que nos iluminas y guías en nuestro seguimiento, que resucitado nos garantizas que eres el Señor, el Hijo de Dios, el Cristo, el esperado,
el Señor de todo lo creado».
¡Aleluya, Aleluya, Cristo Vive! ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
Las abrazo fraternalmente, unidas en Cristo Resucitado!
Antonina Alfaro
Priora General. Dominicas de la Inmaculada Concepción