No hay camino más corto ni más seguro, para la perfección a la que todos estamos llamados, que el Consagrarse al Divino Corazón de Jesús
Con la Consagración se aviva el deseo de volver a lo esencial, y hace que Jesucristo, sea el centro de la vida.
¿Sabes que el Corazón de Jesús, es el corazón del amigo fiel? ¿el corazón del supremo y más tierno de los padres? ¿el corazón del liberador desinteresado y compasivo? ¿el corazón de un Dios que posee todas las perfecciones que puedan agradar, conmover y atraer?
La devoción al Corazón de Jesús, ha existido desde los primeros años en la Iglesia, cuando se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua.
De este Corazón nació la Iglesia, y por este Corazón se abrieron las puertas del Cielo.
Precisamente, en este Corazón abierto y herido, es que se ha concentrado todo el amor de Dios. En Él está el auténtico rostro de Dios, y ese rostro es El Amor que se da hasta el extremo Sin límites, presente en todos los instantes de la vida. Un Amor imposible de definir, tan solo se puede aceptar y regocijar.
Esta devoción se hizo más fuerte, en 1675 cuando se apareció Jesús a Santa Margarita María de Alacoque, mostrando su Corazón, y a quien pidió celebrar la Fiesta del Sagrado Corazón cada año, el viernes después de la octava del Corpus Christi.
Actualmente nos encontramos celebrando el Jubileo al Sagrado Corazón de Jesús, que el Papa Francisco aperturó el 27 de diciembre de 2023, para conmemorar el 350º aniversario de su primera aparición a Santa Margarita María de Alacoque en Paray-le-Monial, el 27 de junio de 2025 día de la Solemnidad del Sagrado Corazón.
En nuestras Escuelas, durante el año y poniendo énfasis en el mes de junio, se ejecuta las acciones programadas en el Plan Apostólico, a través de prácticas vinculadas a la devoción del Sagrado Corazón.
El propósito es dejar huellas imborrables en el corazón de cada uno de los miembros de la Comunidad Educativa (estudiantes, maestros, padres de familia, exalumnas) a quienes se les motiva para una búsqueda y encuentro con la Fuente Viva que brota del costado herido de Jesús y que se origina en su Corazón lleno de Amor por la humanidad.
Todos sabemos que estamos necesitados de Dios, porque en algún momento hemos sido infieles, y para sacar frutos de nuestra Consagración debemos:
1. Reparar. – Recuperando el tiempo perdido por el pecado, a través de la conversión, por las muchas ofensas que recibe Jesús, sobre todo en la Sagrada Eucaristía.
2. Consagrarnos. – Porque la Consagración al Sagrado Corazón, es un acto de reconocimiento voluntario y amoroso de nuestra existencia en Dios y Para Dios. De Él recibiremos la Gracia que nos sane y al mismo tiempo nos eleve.
3. Entronizar. – Consagrar la familia al Sagrado Corazón de Jesús, con la intención de reconocerlo como Rey y colocar su imagen en un lugar preferencial.
La Consagración exige una preparación y compromiso profundo. Solo así encontraremos en el Corazón de Jesús, paz y descanso, aceptando la invitación que nos hace en Mt 11, 28-30, “Vengan a mí los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré”
Finalmente, como El Corazón de Jesús vive en la Santa Eucaristía, abracemos a través de ella, el hacer siempre la Voluntad de Dios.
Que el amor maternal de María Inmaculada, nos introduzca en el Corazón Amantísimo de su Divino Hijo.
Hna. Susana Linares Benites
Secretaria del Equipo de Apostolado
Provincia Santa Rosa – Perú