Nuestra congregación, dedicada desde sus orígenes al servicio de los enfermos y sensible a urgentes llamadas de la Iglesia, asiste hospitales, dispensarios y residencias de ancianos; obras de carácter asistencial que forman el conjunto del Apostolado Social y de la Salud.
Cada atención y cuidado es un acto de amor para aliviar el dolor del cuerpo y del espíritu, del ser humano que se encuentra en la búsqueda de la luz ante la enfermedad, la ancianidad y el abandono. Las Dominicas de la Inmaculada Concepción estamos llamadas a ser Luz. junto a LOS POBRES Y MARGINADOS DEL MUNDO: LOS ANCIANOS Y LOS ENFERMOS formamos una familia donde pueda COMPARTIR LA LUZ.