Quien enciende la antorcha es Cristo, que “ha llenado con la llama de su divinidad la lámpara de tierra de nuestra naturaleza humana” (Beda). Como decía san Hilario, “la antorcha de Cristo se coloca sobre el candelero, esto es, suspendida en la cruz por la pasión, cuya antorcha había de producir una luz eterna a todos los que habitasen en la Iglesia”.
Que nosotros familia DIC abrazados del carisma nos dejemos alumbrar por Jesucristo y así podamos transmitir su luz a todos los hombres.
Ser portadores de la luz es entender que estamos llamados a vivir la santidad, entendiendo que ser santo es dejar pasar la luz de Cristo a través de Él.