Segundo día de novena a Santo Domingo

Tuvimos la experiencia de Domingo a través de uno de sus hijos predilectos: nuestro Padre Cormier, que participa de lleno en la historia y en la vida de nuestra Congregación. Sus sabias orientaciones, inyectaron la esencia de la espiritualidad dominicana en la Fundadora, en la Comunidad, en las hermanas que aprendieron de él a “instaurarlo todo en santo Domingo”. Y gracias a él, el sueño largamente acariciado por la Madre Hedwige, tuvo cumplimiento.

Oración

 Concédenos, Señor, por intercesión de nuestro padre Domingo, que seamos auténticas hijas suyas, que tengamos vocaciones nuevas que continúen la “Sagrada Predicación”, hablando contigo o de ti, por Cristo nuestro Señor. Amén.