Llegamos este 18 de diciembre al IV y último domingo de Adviento.
Se acerca el Niño Dios , luz del mundo. Preparémonos para recibir el resplandor y fuerza de esta luz en nuestros corazones. Compartimos sólo la oración para encender el cuarto cirio porque estamos proponiendo una Novena de Navidad con elementos de la Lectio Divina y del carisma de la Congregación.
La reflexión y oración del Evangelio del 18 de diciembre lo estamos tomando dentro de la Novena.
Que tomemos el tiempo y el espacio necesario para vivir la liturgia, la Palabra y que nuestra Madre Hedwige nos acompañe.
Se enciende el 4to cirio de la Corona de Adviento:
Encendemos ahora nuestra cuarta vela del Adviento. Es una vela blanca, llena de luz. Jesús de Nazaret, nacido, vivo, muerto y resucitado, que pasó haciendo el bien y luchando contra el mal, sea nuestra luz y nuestra esperanza.
Ante ti, Señor, Padre nuestro, decimos: “¡Ven, Señor Jesús!”, aunque sabemos que vives en medio de nosotros. Nuestro Adviento es compromiso, como el compromiso de José y de María. Compromiso en la mirada, compromiso en la misión, compromiso en iluminar a los que están ciegos, compromiso de fe: en Ti, Jesús de Nazaret, reconocemos al Hijo, El que nos salva, el Dios-con-nosotros.