125 AÑOS DE LA LLEGADA DE LAS HERMANAS
DOMINICAS DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN AL PERÚ
Desde hace ya 125 años el Divino Jardinero ha querido plantar en tierras peruanas la semilla de nuestra humilde familia. “Gracias a su dulce Providencia, esta semilla, si bien débil por sí misma, ha dado fruto, y ya sus nacientes ramas presentan el aspecto de una planta destinada a vivir y perpetuarse”1.
Por providencia Divina, el 8 de diciembre de 1884, en la hermosa fiesta de la Inmaculada Concepción, tuvimos el gozo de entrar en la Tercera Orden de Santo Domingo 2.
En la mañana del 10 de junio de 1888, el Padre Jacinto María Cormier presidió la reunión comunitaria de la casa madre en Toulouse-Francia convocada por la madre Hedwige Portalet, fundadora de la Congregación. Su planteamiento: proponer a la comunidad aceptar una fundación en América Latina en la ciudad de Cuenca Ecuador. El objetivo era hacerse cargo de una obra ubicada en las afueras de la ciudad de Cuenca para cuidar de hermanos que padecían de lepra. Antes, les anticipó que varias comunidades a las que ya había propuesto rehusaron aceptar.
Desde Francia, para una comunidad incipiente y todavía pequeña, escuchar esta propuesta podía sonar a imposible. Una hermana se puso de pie y con voz alta y firme dijo:” Si nadie quiere ir, yo me ofrezco”. Era la hermana Marie Dominique Fond. De inmediato se ofreció también la hermana Hyacinthe Rocher.
El 11 de junio de 1888 consta la aceptación oficial de madre Hedwige Portalet y su consejo de la fundación del leprocomio “Mariano Estrella” y el nombramiento de las hermanas que irían a dicha fundación.
Es así que, un 14 de julio de 1889, cinco hermanas francesas hacen su entrada a la ciudad de Cuenca, para hacerse cargo del Leprocomio “Mariano Estrella”, donde fueron recibidas con enorme cariño 3.
Ante la partida de las hermanas hacia tierras americanas, Madre Hedwige Portalet exclamó en su dolor: “Dios mío, es tan solo por Vos y por vuestra gloria que nosotras os las cedemos, pues ningún otro motivo sería capaz de hacernos realizar este sacrificio; esperamos que nuestras lágrimas recibirán un día su recompensa”4
Este germen de renunciamiento y donación sin medida, fue como la semilla prodigiosa de numerosas vocaciones y de sucesivas fundaciones que colmaron las esperanzas de madre Hedwige Portalet. Fundaciones que darán lugar a una floreciente provincia en Ecuador y que será el punto de partida de la primera fundación en Perú.
Algunos años después, “llegó por entonces a Lima, procedente del Ecuador, el sacerdote peruano, Fray Alberto Delgado recientemente nombrado Provincial de los Dominicos del Perú, por medio del cual llegó a saber el Sr. Agente Consular de Francia en Trujillo, Don Marcial Acharán, que en Cuenca había colegios muy bien dirigidos por religiosas Dominicas de la Tercera Orden Docente. Noticiado éste por el Sr. Dr. Don José Antonio Delfín, presidente interino de la Junta Departamental, procedió luego a pedir, por valimento del mismo Padre Delgado, que viniesen las mencionadas religiosas a encargarse del Colegio de Educandas”.5
Es así como un 8 de julio de 1895, las hermanas en Consejo extraordinario realizado en Ecuador, deliberan sobre una fundación en el Perú, solicitada por el Padre Alberto María Torres O.P. residente en el Perú. Estudiando las bases del Contrato y el apoyo que ofrecía el Padre, las Madres aceptaron por unanimidad y en esta misma sesión designaron a las hermanas que deberían ir a la Fundación. Fueron asignadas dos hermanas de nacionalidad francesa: Madre Henri Collot y Marie Philimene Picard, así como cinco hermanas de nacionalidad ecuatoriana: María Amada Ortega, María Teresa Crespo, María Cecilia Deausse, Angélica Crespo y Lucía Hato. Ante este acuerdo, Madre Françoise Lohier, cofundadora de nuestra Congregación, con visión de futuro, aprueba la iniciativa de las hermanas y el retoño de otra rama en América; en la tierra de los incas, tierra del sol, en la tierra de la eterna primavera, en la floreciente y señorial ciudad de Trujillo fundada por el conquistador don Diego de Almagro en 1534. Este sería el sarmiento vigoroso de una nueva Provincia bajo el patrocinio de la Rosa más bella de América, Santa Rosa de Lima.6
Atendiendo a las reiteradas solicitudes, “se pusieron en camino desde Cuenca, la Reverenda Madre Provincial Sor Marie Dominique Fond (francesa), acompañada de su secretaria la Reverenda Madre Luisa de Jesús Cordero (hija del Expresidente de la República del Ecuador), llegaron a Trujillo un 28 de julio de 1898 y seis días después, el 03 de agosto, firmaron con Don José Antonio Delfín, Presidente de la Honorable Junta Departamental de la Libertad, para administrar el colegio que llevaría el nombre de Santa Rosa. El contrato que había de regir por 10 años forzosos, fue aprobado y ratificado en sesiones diversas por la Honorable Junta, compuesta de abogados y otros hombres públicos de los más distinguidos del país, alguno de ellos Senadores y Diputados de la República7
Quince fueron las condiciones estipuladas en dicho documento, bajo el siguiente título: “Contrato celebrado por la Madre Superiora de la Comunidad de Religiosas Dominicas de la Inmaculada Concepción, con la Honorable Junta Departamental de la Libertad, para encargarse de la Dirección del Colegio de Educandas” – que pronto se constituyó en el Glorioso Colegio “Santa Rosa” – el mencionando contrato fue firmado por Sor Marie Dominique Fond, Provincial de las Religiosas de la Inmaculada Concepción y por Don José Antonio Delfín, presidente de la Honorable Junta Departamental de la Libertad.
125 años han trascurrido de este providencial acontecimiento, que suscitó la acción del Espíritu Santo, el mismo que sigue iluminando el peregrinar de nuestra amada Congregación Dominicas de la Inmaculada Concepción en tierras peruanas, llamadas a Predicar la Verdad y Portar la Luz de Cristo, bajo el patrocinio de la primera flor de Santidad de América, Santa Rosa de Lima. En efecto el grano de mostaza sembrado en la ciudad de Trujillo, extendió sus ramas a numerosas obras educativas, formando a la niñez y juventud en el progreso de la virtud.
Gracias a los cuidados de Jesús, el “Divino Jardinero”, la obra en el Perú florecía generosamente, al amparo de María Inmaculada, nuestra Madre. En esta misma línea, es preciso destacar que el 14 de julio de 1920, las hermanas reunidas en el Capítulo General, celebrado en Toulouse – Francia, tomaron la valiente decisión de elevar la misión del Perú, a Provincia, por lo que la Madre María de la Asunción cambia el título de Vicaria Provincial a PRIORA PROVINCIAL. Y son nombradas Consejeras a la Casa Provincial de Trujillo: Madre María Emmanuel, Sor María Henri, Sor María Pierre8.
En efecto, la provincia Santa Rosa – Perú, es un signo de la presencia invisible, pero “palpable” de Madre Hedwige Portalet, nace después de su muerte, es el fruto precioso de la ternura y protección de la Madre, desde el cielo.9
Con un corazón agradecido y lleno de esperanza, nos unimos a la plegaria de nuestra madre Cofundadora Françoise Lohier: “Velad por esta joven familia, ¡oh mi dulce Madre! Que vuestro querido espíritu viva para siempre en esta congregación que habéis fundado al precio de tantos sacrificios y que, en el cielo, un día todas hagamos vuestra corona”.
Equipo de Carisma Provincia Santa Rosa – Perú
Dominicas de la Inmaculada Concepción
Junio 2023
1 Madre Hedwige Portalet. Historia de los orígenes, inicios y progreso de la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Toulouse. P. 4
2 Madre Françoise Lohier. Historia de los orígenes, inicios y progreso de la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Toulouse. P. 177
3 Hna. María Eugenia Valdivieso Eguiguren. (Dominica de la Inmaculada Concepción).
4Madre Hedwige Portalet. Historia de los orígenes, inicios y progreso de la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Toulouse. p. 184
5 Fr. Alberto María Torres O.P. Orígenes de las Dominicas Docentes en el Ecuador y el Perú. 1925. p. 22
6 Hna. María del Sagrado Corazón – Dominica de la Inmaculada Concepción.
7 Fr. Alberto María Torres, O.P. Orígenes de las Dominicas Docentes en el Ecuador y el Perú. 1925. Quito Ecuador.
8 Cf. Actas del Capítulo General de las Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción. 1920.
9 De las tinieblas a tu admirable luz. p. 280